martes, 10 de diciembre de 2013

KAS EUPEN PHYSICAL TRAINER: Roma Cunillera


Todo futbolista vive los instantes previos al inicio de un partido de forma muy personal.


La trascendencia del partido, el rival a que nos enfrentamos y en muchas ocasiones los intereses externos de los jugadores (representantes, problemas familiares o de pareja, equipos interesados, aforo del estadio, estado contractual, etc.) producen mayor o menor motivación en ellos.

El momento de subir al autobús, la llegada al estadio, la inspección del terreno de juego con los compañeros, el tiempo de espera en el vestuario, el mensaje del entrenador y la ejecución del calentamiento son momentos en los que el jugador produce en su interior, de forma muy individual, un determinado porcentaje de productividad emocional positiva. Cada partido será diferente. Todo lo que reciba de su entorno en estos instantes previos al match tendrá influencia en su estado psicológico. Puede recibir estímulos agresivos, de confianza, stress, tranquilidad, incertidumbre, compañerismo, seguridad y muchos más. Las palabras que le dirijamos como mensaje y el cómo se lo transmitimos serán la clave para despertar el entusiasmo necesario para afrontar una competición. 

Me gustaría destacar el modo de hablar y el lenguaje no verbal del preparador físico durante el calentamiento.  Si observamos en la televisión a los preparadores físicos de los grandes equipos, encontramos diferentes manifestaciones:
1.- El estático es el que solamente utiliza la voz para dirigir y marcar las acciones a realizar. Normalmente se mantiene en una posición y no muestra las acciones de forma previa. Puede activar igualmente a los jugadores mediante un mensaje preciso y claro. Puede ser que sea efectivo y produzca una buena respuesta. El mensaje es su punto fuerte.
2.- El dinámico utiliza su cuerpo para transmitir energía, ejemplificando las acciones motrices, utiliza las manos y los brazos para levantar el espíritu de sus jugadores. No quiero decir, que se muestre en todo momento con un grado de hiperactividad extrema llegando a estresar a los futbolistas. Hay instantes que nos permite llegar más y hay que saber identificarlos para contagiar. Me gusta esta frase para competir: No es lo mismo jugar un partido que vivirlo!. También lanza mensajes de refuerzo activadores, ofrece sensación de estar preparados y de que todo está correctamente, recuerda lo duro que se ha entrenado y fomenta que los jugadores se sientan productivos, es decir, que hagan cosas en el campo. Tener confianza en uno mismo.


En muchos partidos he actuado de las dos formas. Hay partidos importantes y muy motivantes para el equipo que poco hay que decir y mostrar en un calentamiento porque se identifica que hay un plus de intensidad y de querer jugar. Sin embargo, hay muchos encuentros donde observas que este porcentaje motivacional se encuentra más bajo y necesitas incentivar mucho más para obtener una buena activación.


En estos momentos, considero la opción de mostrarse activo, lanzar mensajes individuales y colectivos durante la ejecución, dejar las pausas para estar en silencio y observar que hablen ellos, que se comuniquen, dejar caer algún contacto corporal con los jugadores y sobre todo, lo más importante: poco tiempo de calentamiento, acciones muy rápidas y de breve temporalidad. Si nos mostramos a los jugadores siempre habrá algún jugador que interprete y le ayude a incrementar su estado psicológico. Si no lo hacemos, nunca estaremos al servicio de los futbolistas. Ellos son lo importante!.


Palabras clave: Activar – Emocional – Jugador.